viernes, 24 de junio de 2016

Como La Sangre: El Filo De La Nostalgia

-Supongo que estar en este lugar no será tan malo después de todo
-Esto dijo Alejandro mientras escribía en su pequeña libreta, bueno, un pequeño diario color rojo como la sangre... al recordar esa palabra, Alejandro se ponía pálido, temblaba y empezaba a recordar lo sucedido en su antiguo pueblo donde él y su mejor "amigo", Daniel, vivían, pero tenía que soportar el dolor y empezar a escribir su historia antes de que perdiera detalles, aunque era difícil olvidar detalles de algo que lo dejó marcado de por vida...
- Aun lo recuerdo perfectamente, era el último semestre de prepa, Daniel y yo éramos los mejores "amigos", (o por lo menos eso dábamos a entender a los demás) en realidad éramos pareja, no queríamos que nadie lo supiera porque en nuestro pequeño pueblo los padres de familia eran muy rudos con nosotros y eran capaces de matarnos por ser "maricas"
Afortunadamente llevamos nuestra relación en secreto durante los primeros meses del último semestre, evitamos contacto entre las clases o entre los patios por miedo a que sospecharan de, como mi padre lo llamaba nuestra "Mariconería", por esa misma razón Daniel se sentía muy vacío y pensaba que yo no lo amaba aunque yo siempre ansiaba acariciar su cara o tomar sus suaves y mestizas manos... Él era alguien muy posesivo y celoso... nunca creí que eso llevaría hasta esta el punto de...
- En ese momento Alejandro dejó de escribir, tenían una cita con el psiquiatra para ver como andaba de sus "alucinaciones", rápidamente tomó su libreta y la aventó debajo de su cama, no tuvo cuidado en donde quedaba ya que tenía mucha prisa...
Ya después de la cita con su psiquiatra regresó sin decir ninguna palabra a su madre, quien iba manejando el auto. Era una noche tranquila, demasiado tranquila para el gusto de cualquier persona que odie el completo silencio, solo se escuchaban algunos aullidos de perro en esa noche tan oscura y fría, que hacía ver una espesa niebla frente a la ventana del cuarto de Alejandro.
Él regreso a su cuarto, quiso seguir escribiendo su anécdota aunque le doliera, metió la mano debajo de la cama y encontró otra libreta color lila... Lo que no sabía es que eso que había encontrado no era nada más ni nada menos que El filo de la nostalgia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario