Despertaron a las diez y media de la mañana gracias al sonido de una licuadora que tomó la función del despertador. Se levantaron, Adrián tomó una ducha antes de almorzar, Alan preguntó si él también podía tomar un baño. La respuesta de Adrián fue afirmativa aunque no supo qué ropa utilizaría su amigo hasta que acertó en que volvería a utilizar el mismo cambio con el que llegó: El uniforme de la escuela. La madre de Alan llamó para pedirle permiso a la madre de Adrián si podría quedarse otro día con él porque no iba a estar en la cuidad ese sábado, tenía que ir a una entrevista.
Adrián le dijo a Alan que si él prefería podía usar su ropa, era buena idea pues, eran casi de la misma altura y, de talla, la misma. Uso tanto camisa, camiseta, zapatos y pantalón de su amigo, dejándose de él la ropa interior. 
Alan se sintió raro al estar usando la ropa de su mejor amigo, fue de el agrado de él pero aun así la sensación en el estómago no se le iba y comenzaron las nauseas que, para su suerte, desaparecieron cuando terminó de digerir la situación: Estaba usando la ropa Adrián.
Ese día no hicieron más que jugar con un balón, videojuegos y películas. Llegando la noche, una señora pasó a recoger a Alan, era su mamá. Se fueron caminando a casa. La madre de Alan no notó que la ropa que traía puesta no era de él sino que era de Adrián, parecía muy concentrada en otras cosas, tal vez el trabajo o tal vez problemas personales. Alan no reparó en pensar en ello. Llegando a la casa, Alan dejó su mochila y el uniforme con el que había llegado a la casa de su mejor amigo en su recamara, después bajó de nuevo a la cocina para recibir la cena.
No cenaron mas que pan y leche. Alan cepillo sus dientes, se puso su pijama preferida y de acostó pensando en una sola persona: Adrián.
Desde otra habitación alcanzaba a escuchar a su madre llorar. ¿Qué pasó esos días en los que no estuvo con ella? ¿Lloraría por su culpa? Esperó fingiendo estar dormido a que entre sus sollozos, las respuestas le llegasen.
-¿¡Por qué!? ¿¡por qué!? - Su voz tenía un tono de cólera y depresión que convivían en perfecta armonía para representar el sentir de la mujer: Se sentía impotente. Golpeó varias veces la pared y sus gritos parecían subir cada vez más de volumen. Sus nudillos se empezaban a ensangrentar cuando sus golpes eran de una fuerza desmedida. Su voz, cada vez más ahogada, luchando contra el nudo de la garganta que quería opacar su voz.
Alan desde su habitación, también sintió impotencia ¿Qué podría hacer él? ¿Le interrumpiría el llanto o la dejaría desahogarse? Se relajó un poco cuando los gritos cesaron, aunque aún se escuchaban sollozos que parecían perder fuerza conforme su respiración regresaba al ritmo normal, inhalando, exhalando, inhalando, exhalando... Se dejó de preocupar por ella cuando quedó dormida y, para quitarse ese sentimiento de remordimiento de no haber estado con ella, prefirió no pensar en ello y concentrarse en Adrián.
-Desde que me empezó a gustar él, todo en mí ha cambiado, es, es... Es una sensación tan linda la que siento cuando estoy junto a él, que no puede ser otra cosa mas que amor. Su forma de ser, su sonrisa, su cara, su cabello, su voz que es linda aunque chistosa, pero lo que más me guste de él es  que siempre me ha tratado muy bien, demasiado bien diría yo. Me gusta mucho su forma de actuar y sus gestos, me gusta todo de él. A veces pienso que él también siente algo por mí, no sé, como si él supiera lo que siento y me quisiera demostrar que él también lo siente, es como si la mayor parte de su atención fuera para mí, pero no quiero ilusionarme, ya que, he visto que ilusionarse sólo lleva al dolor. Así que aún voy a pensar que él es simplemente mi mejor amigo, ¡es más! voy a pensar que él simplemente es un amigo más, pero... No.... No puedo separarme de él, cuando lo he intentado siempre busco un pretexto para hablarle, es extraño, pero está bien, creo. Estoy enamorado de mi mejor amigo, lo admito y un día de estos se lo voy a decir a mi mamá, creo que ella lo entendería, pero no sé si mi papá sería igual de abierto. ¡Ahora que me acuerdo!, estoy muy enojado con Adrián ¿Cómo no pudo saber lo importante que era el parque para nosotros? ¡Eso me sacó de mis casillas! Pero bueno; lo perdono porque no creo que él se acuerde tan bien como yo esos tiempos. ¡Cómo me gustaría abrazarlo en estos momentos! ¡y más en este momento! no puedo ni imaginar cómo me sentiría si él me abrazara, claro, tengo amigas que me abrazan, que mal que entre "hombres" mostrarse cariño no sea de lo más común pero me pregunto, ¿Qué tiene de malo que dos amigos se abrasen? ¡Es una tontería!. Mi mayor miedo es que si le digo lo que quiero me rechace, eso no sólo terminaría con mis esperanzas de que sea mi novio, sino que también con nuestra amistad. Creo que lo mejor será averiguar si siente lo mismo por mí. Creo que tengo que decírselo pero cuando esté seguro, no sé, creo que es como una navaja de doble filo.
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