viernes, 24 de junio de 2016

Manos De Araña: El Bosque Del Antiguo Pueblo

Hoy es el día en que salimos de campamento. Estoy algo nerviosa, bueno, lo suficiente como para no ponerle atención a las clases. Ayer en la tarde-noche preparé todo para sólo hoy ir por mis cosas y salir. Mi novio llevará las tiendas para dormir, a lo mejor y la final duermo con él, no haríamos nada malo, yo sólo quiero su compañía.
Ya no me he sentido observada desde hoy en la mañana, espero hoy no pase así, no creo que me gustaría sentirme así este día. La pocas cosas que voy a llevar están completas, mis amigos y yo también estamos listos, algunos están más emocionados que otros o por lo menos se les nota más. No sé si a mí se me note mucho, pero no importa si sí o si no, no quiero saberlo.
No he dejado de pensar en la "araña" que encontré ayer en la pared de mi recamara, juraría que era una araña y no una pelusa. Al final de cuentas mi novio tiene la razón y yo no le quiero creer: No hay arañas en esta cuidad. Todo este tema del Manos De Araña me está volviendo loca, primero, la pesadilla que tuve, segundo, las miradas que sentía y por último la silueta de una araña que vi ayer.
Creo que en parte tiene que ver que no he podido dormir bien estos días, además de que me siento cansada todo el tiempo y sumándole la historia que me contaron, creo que me estoy volviendo loca...
-¡Hola, amiga! - ¡Dios, sí que me sacó un susto!
-¿Qué te pasa? - A ella no le puedo ocultar mi coraje, es mi mejor amiga y siempre nos entendemos, desde que nos conocimos hace... Un año, creo.
-¿Estás lista para ir al campamento? - La noto muy feliz.
-Sí.
-¿Y por qué tan lo dices tan desganada? - ¿Lo dije desganada?
-Porque estoy cansada. Ayer casi no pude dormir. Pero la verdad es que tengo muchísimas ganas de ir con todos de campamento.
-¡Genial! Tu novio... - No era necesario ese golpe en el hombro. Apenas llevo dos días con él y ella ya nos trata como si lo hubiéramos sido toda la vida. - Tu novio va a llevar los malvaviscos. Yo las y las demás la botana y los demás los refrescos, ¿tú ya tienes lo tuyo?
-Recuerda que le di dinero a mi novio para los malvaviscos.
-¿Tú qué? - Me está empezando a hartar con eso.
-Mi novio. - Odio que me lo haga decir.
-¡Ah! ¡Qué lindo se escucha cuando tú lo dices! Ok ya pues.
-¿No te has sentido rara estos días? - Ya sé que no. Pero quiero preguntarle por si acaso. No pierdo nada por preguntarse si está pasando lo mismo que yo de sentirse observada o de ser perseguida por algo. Incluso quiero saber si ha soñado con esa cosa...
-No. ¿Por qué lo preguntas?
-Por nada...
-Espera, en realidad sí, estos días me he sentido incómoda, no sé, como si alguien me estuviera...
-Observando.
-Sí, ¿tú también lo has sentido? Pensé que era la única.
-No. No eres la única, ¿Qué más has sentido o qué más te ha pasado estos días? - De una vez me quiero asegurar de que sea lo mismo.
-Pues nada más.
-¿No te has sentido mareada o con falta de sueño?
-No, ¿tú sí?
-Algo. - Entonces lo de sentirme así es porque me corto y porque no estoy comiendo bien. Bueno, por lo menos ya no me siento como una loca de remate.
-Eso es raro. Oye, me tengo que ir a terminar el trabajo este de español. Nos vemos en el bosque.
-Ok. Cuídate.
Otra vez esa sensación de ser perseguida. ¡Sólo faltaba eso! ¡Tan bien que iba el día hasta que volvió a pasar! No importa, ahora no lo voy a evadir, simplemente no me importa. En un rato se me va a olvidar o me voy a acostumbrar a sentirme así. Ya me harté de que sólo por eso mis días se arruinen, pero hoy no, hoy no va a ser un mal día, simplemente no puede ser un mal día.
Los minutos parecen horas. Mi papá me dijo que comiera bien antes de irme pero cada bocado parece eterno. Apenas llevo medio plato y siento como si ya me hubiera comido un zoológico entero. Este nerviosismo que siento no debe de ser normal. Ya voy a terminar. Mi papá está metiendo algunas cosas a mi mochila pero lo único que alcancé a ver fue que metió una botella con agua y una manzana. Parece estar muy apurado pero a la vez se ve preocupado por mi, es un bonito detalle. Por fin. Después de todo este tiempo terminé de comer, ahora solo me alisto rápido para irme.
Una lavada de dientes y un cambio de ropa va a ser lo suficiente para esta tarde. ¡Ay! Me acabo de abrir una herida de mi brazo izquierdo con la sudadera, no importa, en un par de minutos dejará de sangrar. Listo. Ahora sólo me toca despedirme e irme a reunir con mis amigos para ir al bosque. Mi papá me está esperando en la puerta con la mochila en la mano.
-Que te vaya bien hija, cuídate. - Creo que los abrazos se van a volver muy frecuentes. No me gusta que me besen en la frente, ya, basta, sé que me quieres como yo también te quiero pero no es necesario tanto cariño.
-Voy a estar bien papá, voy a estar bien...
Ahora sólo tengo que caminar hasta el centro donde nos reuniremos para tomar el camión que nos lleve más lejos de la cuidad. Regresaremos en la mañana siguiente así que no me preocupo por el camión que pase de regreso porque mañana tendremos toda la mañana para regresar a casa.
Ya están todos esperándome. Uno que otro va llegando apenas. En total somos diez, nadie ha faltado por fortuna.
-¡Hola amiga! - Es mi mejor amiga, las demás también me saludan pero no con tanta felicidad como siempre saluda ella. Los chicos también me dan la bienvenida y mi novio se ofrece a ayudarme a cargar mi mochila.
-No amor, así está bien. - Está bien que me quiera ayudar pero yo no me quiero aprovechar de él sólo por ser mi novio.
-¿Enserio no quieres que te ayude?
-No, gracias.
-Ok... - No, por favor, no mires la mancha de sangre en mi ropa por favor. Genial, la ha visto.
-¿Te volviste a cortar? - Me susurra.
-No, te lo juro, no es lo que tú crees, mira, deja explicarte... - No parece que me vaya a interrumpir. - Es que lo que pasó fue que cuando me puse esto. - Señalo mi ropa. - Me raspé el brazo y se me abrió una cortada de las que ya tenía en el brazo.
-Ya veo... ¿Nos vamos sentados en el camión?
-Pues si quieres sí. - Es verdad, ya ni me había dado cuenta de que todo este tiempo estuvimos caminando hacia la parada del autobús.
Qué suerte, viene por la esquina, y creo que viene solo. Le atiné, casi no hay personas en el camión. Hay suficientes lugares para que todos nos sentemos, lo mejor es que aún así quedan asientos libres. Mi novio se acaba de sentar a mi lado, yo por la parte de la ventana y él de la parte del pasillo. El viaje va a durar mínimo unos veinticinco minutos así que aprovecharé para abrazarlo. Al principio no supo que hacer pero ahora vamos abrazados, hablando a susurros para que los demás no se metan en nuestra conversación (que no es muy importante).
El paisaje se ve muy solitario, con mucha basura por doquier. La mayoría de los árboles son altos y tienen pocas hojas, otros, están secos. Entre más nos acercamos al bosque, menos pavimento hay en las calles pero hay más tierra que nada. Hay una que otra casa, al igual que los árboles, unas parecen que viven pocas personas y otras parecen abandonadas. No faltan los perros callejeros que parecen los dueños de la calle, tampoco los vagabundos en algunas esquinas. Bien, por fin hemos llegado. Soy la primera en separarme de mi novio, espero que no se lo tome a mal.
Bajamos todos como todo buen grupo. Para entrar al bosque, que, es el más alejado de toda la cuidad, hay que pagar en una cabaña. Uno de los chicos va a pagar por todos. No esperaba que la persona que nos iba a cobrar fuera una muchacha en silla de ruedas, pensé que iba a ser un señor con pinta de leñador pero no fue así. La muchacha le ha entregado unas reglas a nuestro amigo pero él en vez de estar leyéndolas prefirió guardarlas en su mochila.
Atravesamos la cabaña para poder entrar. El aroma a tierra mojada y a madera es muy agradable pero no tanto como lo imaginé en el camión. Qué interesante... No sabía que este bosque se llamaba: El Bosque Del Antiguo Pueblo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario